
En el proceso de construcción de un edificio, casa o nave industrial se tienen que tomar decisiones que afectan directamente a la seguridad y a la estética de la obra en cuestión.
La elección de los suelos debe realizarse teniendo en cuenta el uso y la zona en la que se va a colocar.
Suelos de madera
La madera es un material que aporta calidez, se puede utilizar en cualquier estancia y el único “cuidado” sería evitar colocarla en sitios húmedos. En el mercado podemos encontrar diferentes tipo de suelos de madera:
- Parquet: son tablas pequeñas, que colocadas de diferentes formas se consigue el diseño que más nos guste. El parquet se puede colocar pegándolo o clavándolo.
- Entablonado: consiste en tablas colocadas en paralelo. Hay varias medidas y se pueden pegar, clavadas o entarugadas.
- Entarugado: es parecido al entablonado y se puede colocar clavado al suelo con tornillos rematados con tapitas más oscuras de madera vista.
Suelos cerámicos o porcelánicos
Los cerámicos son una mezcla de arcilla y agua cocida. Es necesario para su correcta colocación que el suelo esté bien nivelado y la utilización de un pegamento apropiado.
Los suelos porcelánicos ofrecen la posibilidad de elegir diferentes acabados: forma rugosa o con textura, también pueden tener un esmaltado mate, brillante o satinado.
Son suelos muy resistentes y gracias a que son impermeables son una opción perfecta para baños y cocinas.
Suelos de tarima flotante
La tarima flotante es un pavimente de madera que no se pega ni se clava al soporte. Es resistente, duradera y de fácil instalación.
Dependiendo del material utilizado:
- Tarima flotante madera multicapa
- Tarima flotante maciza
Se puede colocar sobre cualquier suelo que esté a nivel ya se parquet o cerámico, debe estar limpio y seco ya que lo primero es forrarlo con unas tiras de espuma de polietileno para que quede aislado acústica y térmicamente.