El radón es un elemento químico perteneciente al grupo de los gases nobles. En su forma gaseosa es incoloro, inodoro e insípido y en forma sólida su color es rojizo. Es un elemento radiactivo y gaseoso.

Las fuentes de radón en domicilios son principalmente: el suelo sobre el que se asienta el edificio, las paredes, piso, techo, agua y gas utilizados. El radón puede penetrar en el edificio por todas las aberturas, por mínimas que sean: desde pequeñas fisuras y orificios tales como los poros de bloques de cemento. Recordemos que el radón procede de la cadena de desintegración del uranio.

Efectos perjudiciales

Cuando se habla del peligro del radón no se debe olvidar la radiación emitida por todo el conjunto: radón y descendientes. El peligro está sobre todo en sus descendientes de vida corta: en concreto el 218Po y 214Po. Existe también una exposición externa causada por la radiación gamma directa, pero el verdadero riesgo está en las partículas alfa.

La radiación alfa es relativamente poco peligrosa fuera del cuerpo porque la epidermis nos protege de ella. El principal problema viene cuando se inhala: las partículas radioactivas se adhieren al tejido pulmonar, donde pueden emitir radiación alfa a las células broncopulmonares. La absorción de esta radiación provoca ionizaciones y excitaciones de las estructuras celulares provocando efectos lesivos: puede dañar directa e indirectamente el DNA y provocar mutaciones en el tejido pulmonar. Recordemos que el cáncer es una división incontrolada de células mutadas.

En EE. UU. está considerada la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón después del tabaco. Además, sus efectos son sinérgicos: fumar y vivir en una casa con alto contenido de radón aumenta el riesgo unas 46 veces más que de darse los 2 fenómenos por separado.

Medidas de prevención

El objetivo es la reducción global del riesgo en la población. Es necesario tomar medidas de prevención en nuevas edificaciones y medidas de mitigación en edificaciones ya existentes.

Sistemas de barrera

Para evitar el radón procedente del subsuelo, en el proceso de construcción se puede instalar unas “barrera” previa a la capa de hormigón: se trata de instalar una capa de áridos de un espesor mínimo de 10 cm sobre el sustrato de tierra. En ella se coloca una membrana geotextil y a continuación una membrana de polietileno de 0,4 mm como mínimo (anti-Radón). Para evitar la entrada de radón por pequeñas oberturas se procede al sellado de las mismas con resinas. Con el paso del tiempo pueden ir apareciendo nuevas fisuras por lo que conviene llevar a cabo un control visual al menos una vez por año para evitar su oxidación.

 

Fuente: es.wikipedia.org

 

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