
No hace muchos años, había lista de espera para rehabilitar un baño, reformar un piso o una fachada, en parte gracias a la burbuja inmobiliaria. Hoy en día, la lenta recuperación de la actividad hace que no sea fácil encontrar la mano de obra especializada necesaria para satisfacer los requisitos de los clientes.
Hoy se vuelven a ver andamios en los edificios, contenedores de escombros y fachadas en rehabilitación, es evidente el aumento de la actividad. También la venta de pisos de segunda mano crece desde hace cuatro años y en muchos casos se acompaña de una reforma de mejora.
Pero este incremento en las reformas, pone de manifiesto un déficit de profesionales de muchos oficios muy golpeados por la crisis como albañiles, cerrajeros o carpinteros, algunos de los perfiles más demandados.
Otro punto a tener en cuenta es la economía sumergida, que sigue a la orden del día en muchas obras. No se emiten facturas y no se comunica la actividad si no genera escombro. Esto facilita que el cliente esté desamparado ya que no puede acreditar el trabajo realizado.
En el caso de las empresas constructoras cuando inician una obra deben comunicarlo, disponer de los permisos oportunos y contar con el personal adecuado para realizarla.
Fuente: www.elperiodicodelazulejo.es